Esquerra Unida de la Vega Baja, se opone frontalmente y sin ambages a que se retome por parte del Ministerio de Fomento su atentado contra la huerta tradicional e histórica, en forma de autopista de peaje entre nuestra comarca y la vecina Murcia.
Nuestra organización se ha opuesto a este proyecto desde que en el año 2002, cuando con unas declaraciones en la ciudad de Torrevieja por parte del popular, y entonces ministro de fomento, Álvarez Cascos, se anunciara lo que consideramos otro duro golpe a la menoscabada huerta tradicional, como es la proyectada autopista de peaje ap-37.
Nuestra organización se ha opuesto a este proyecto desde que en el año 2002, cuando con unas declaraciones en la ciudad de Torrevieja por parte del popular, y entonces ministro de fomento, Álvarez Cascos, se anunciara lo que consideramos otro duro golpe a la menoscabada huerta tradicional, como es la proyectada autopista de peaje ap-37.
En aquella ocasión, este proyecto recibió la oposición frontal por parte de las filas socialistas, tanto a nivel autonómico como estatal, y el beneplácito y aplauso de la práctica totalidad de las filas populares. Hoy sus posiciones se tornan, pero desde Esquerra Unida seguimos estando en contra de este tipo de actuaciones oscuras y de espadas a la ciudadanía. Tanto Esquerra Unida como las organizaciones de ecologistas mas representativas de la comarca creemos que se deberían aprovechar las redes viarias existentes como es la A-7, la CV-91 y CV-95 con el tercer carril en la primera y el desdoblamiento de las dos ultimas.
Desde Esquerra Unida de la Vega Baja, como tercera fuerza política, no podemos más que criticar que una vez más nuestra comarca, en la que sufrimos un gran déficit de infraestructuras, sea tomada por los dos principales partidos como un gran tablero donde llevar a cabo sus enfrentamientos, y ni tan siquiera sean capaces de sentarse a hacer un plan de infraestructuras y no superponer una carretera sobre otra o hacer dos autopistas. Tanto desde el Consell como desde el Ministerio del Interior deberían organizar una mesa de negociación con todas las partes, incluidos los afectados directos por cualquiera de los trazados.
Este proyecto, ahora presentado a exposición pública, tendrá desde esta organización las alegaciones que creamos convenientes.
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